A las palabras se las lleva el viento

A veces la dialéctica o la pura palabrería no alcanzan para explicar la realidad. Aunque los intentos sean constantes y heterogéneos, terminan siendo vanos. Pensemos algunos:

. “Faltaron Grisales y Denis y el poderío de Central era tal que sin esos dos jugadores nos resultó imposible”.

. “El árbitro nos jugó en contra. Si la pelota no hubiera rebotado en él, la historia sería otra”.

. “No se nos abrió el arco, y cuando la pelota no quiere entrar, no entra”.

. “Tuvimos que improvisar con Pérez y Viti”.

En fin, podría seguir con la lista de justificaciones para tratar de explicar este presente que nos encuentra con el 30% de los puntos, en un Torneo donde nuestros principales competidores tienen que hacer un doble esfuerzo, ya que empiezan a transitar la Copa Libertadores.

Sin juego, sin respetar la historia, con decisiones inexplicables (poner a Viti que no tiene ritmo y excluir a Sosa, o incluir a Pérez y marginar a Calello) y otras que ya la realidad se encargó de mostrar que no eran las correctas (poner a Matheu de lateral), Independiente va hacia Dios sabe dónde.

Hay un equipo en Holanda, se llama Ajax -jugó un tal Cruyff y otros tantos, actualmente lo dirige el DT del seleccionado, un tal Marco Van Basten-, que tiene una norma que es inviolable: respetar la historia. Por eso desde la categoría más infantil hasta la primera, siempre juega con el mismo esquema y la misma propuesta: la pelota al ras del piso, tocando y jugando como le gusta a la gente.

No hay párrafo aparte para nadie.

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