Hace una semana escribí un post vinculado a la necesidad indispensable de contar con un proyecto. Hoy, a la luz de los hechos, quiero reforzar esa teoría con una analogía que intuyo, los hinchas del rojo –diferentes al resto de los hinchas de otros equipos por lucidez, inteligencia y por lo que han visto- van a entender. En realidad, no es una comparación, sino una advertencia que me parece que nos puede traer un poco de luz.

Voy a referirme a algo que, veo, pasa en Boca (Insisto no comparo, se lo que es Boca para el negocio del fútbol y me indignan tanto como a ustedes las Copas Masters, o la Copa Chorlito que se la compara con los inolvidables triunfos del rojo a nivel internacional).

Muchas veces se dice: “Tal técnico sacó campeón a tal equipo”, o “A ese equipo lo sacó campeón tal técnico”. En Boca, hace años (al margen de las críticas que se le pueden hacer: transformar el club para unos pocos, el Grupo Inversor, por citar algunas) sucede lo inverso: Boca saca campeón a entrenadores que en otros equipos pasan sin pena ni gloria: Ischia, Russo, el Chino Benítez.

En Independiente pasa todo lo contrario. Independiente sepulta a los técnicos al mismísimo olvido: Piazza, Falcioni, Burruchaga, Troglio y en cualquier momento Borghi.

Está claro que en el juego de los especialistas es más fácil criticar al anteúltimo o al último eslabón de la cadena que a los que verdaderamente toman decisiones. Es verdad que hubiese sido más fácil achacarle a Borghi determinadas cosas que son incomprensibles, o a Montenegro su poco compromiso por la causa; hoy sólo lo mencionamos.

Por último, no quiero, en este momento tan politizado de Independiente, que este breve texto parezca un post pro Nakis, pro Comparada o pro NN. A mí sólo me interesa el beneficio de Independiente.

Los presidentes pasan, sólo quedan en la memoria aquéllos que tienen proyectos y los llevan adelante (la cancha o la mejoría en divisiones inferiores, al margen de sus idas y vueltas, que las desconozco, forman parte de un proyecto). Espero que alguno se dé cuenta, después de tantos años, y elabore un proyecto integral que devuelva a Independiente a los primeros planos.

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Paso una semana nomás. Y fuimos de un empate con sabor a injusticia en la cancha de Boca a un triunfo justo en Avellaneda y, posteriormente, a una derrota insípida ante Newell’s. El fútbol es pura pasión. Tal vez un triunfo en Rosario hubiera acallado el sinfín de críticas que floreció una vez que terminó el partido. Pero… de 9 sacamos 4 puntitos.

Qué decir de Lunatti. Algo. Parado por la AFA, una clara afirmación de lo mal que dirigió en la Boca.
Que decir del 3 a 2 ante los jujeños. Poco. No brillamos ni encontramos el rumbo.
Qué decir de la derrota rosarina. Nada, que el equipo sigue jugando mal. Que algunas decisiones de Borghi son incomprensibles.

No quiero quedarme en esta actitud taciturna, liviana… Quiero decir que los años siguen pasando y los dirigentes nos siguen sorprendiendo con decisiones incomprensibles, insostenibles.

Hay una palabra poco afecta a las organizaciones (sean privadas o estatales) argentinas: Proyecto. Según el diccionario, Proyecto es el "Plan y disposición detallados que se forman para la ejecución de una cosa".

Hace años que no tenemos un proyecto. Y la verdad, se nota. Un proyecto se sostiene en el tiempo. Un proyecto es lo que le permite a una institución tener objetivos claros, concretos, y tener un modus operandi o plan que le permita ir creciendo.

Lamentablemente, así estamos. Deambulando por los arrebatos de turno. Sin lógica, sin plan, sin rumbo. Ojo, no se trata de estar cambiando siempre o de creerle al mesías de las próximas elecciones. Se trata, de una buena vez por todas, de tener un Proyecto.

Foto: La Nación

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A veces, entre tanto vedetongo (no me tragué la a), franela y conventillo, la información queda relegada. Sí, aunque usted no lo crea, con tantos medios, la información parece que naufraga porque, según dicen los expertos, a nadie le interesa.

Hace uno o dos torneos seguí la campaña de Lunatti. Sí, el mismisimo Pablo, extrovertido, con unas condiciones enormes (sin ironía) había dirigido más de 5 partidos a Boquita. Al parecer no habría otro pito.

El domingo vamos a la Bombonera contra todo. Espero y confío. Ojalá las amarillas no broten rápido del bolsillo de Don Pablo o que los roces no se conviertan en penales intempestivos.

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Los ídolos están comprometidos con el club, no importa cual fuere el proyecto.
Los buenos jugadores están más o menos cómodos de acuerdo al proyecto.

Los ídolos hacen goles decisivos en partidos decisivos.
Los buenos jugadores a veces hacen goles que cierran un triunfo, que permiten un empate, o que hacen menos abultada la derrota.

Los ídolos juegan bien todos los partidos. Tal vez, en algunos, no puedan brillar, pero el esfuerzo, la voluntad y el corazón se imponen a un mala tarde.
Los buenos jugadores tienen tantos buenos partidos como malos.

Los ídolos participan de jugadas heroicas, salvan pelotas en la línea, hablan con el árbitro, le ponen freno a los rivales.
Los buenos jugadores, muchas veces encandilados por su estrella, se extinguen como los bichitos de luz.

Los ídolos dan la cara. No todo les da igual.
Los buenos jugadores, a veces, creen tener licencia para despreocuparse.

Gracias Lucas, sos un ídolo de Independiente.

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Foto: Diario Río Negro


Se acerca la primavera en Independiente. Y en vez de florecer, nos marchitamos.
Ni siquiera pudimos con uno de los rivales más débiles del Torneo. No tuvimos opciones, no las generamos, y hasta estuvimos a punto de caer. Aunque en realidad, andamos por el suelo.

El panorama es lúgubre. Mientras todos le tiran sin ton ni son al chivo expiatorio de turno, pocos se preguntan por qué no tenemos variantes en el banco, y para qué viajamos a Estados Unidos interrumpiendo la pretemporada. Claro, siempre es más fácil criticar al técnico, desestabilizarlo y, finalmente, echarlo. Ahora, pocos proclaman que el proceso es parecido al de Peter, Santoro…por qué será.

En el programa partidario Independiente de América, Bochini y Bertoni decían más o menos lo mismo: no hay variantes en el banco, sobre el final nos quedamos sin piernas… Y si no escuchamos a nuestras leyendas… vamos muertos.

Para que no crean que el bosque no me deja ver el árbol, tengo para preguntarle a Borghi por qué no lo incorpora al Patito, por qué no suma a un 9 de área, por más juvenil que sea, llámese Churín o Mazzola, entre dos jugadores que van a saber aconsejarlo y acomodarlo como Núñez y Montenegro.

En fin, mi único objetivo es el bien de Independiente. Respondo al partido de Independiente, con el único interés de que Independiente sea cada día más grande.

Video: Goles TV

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